Alberto Gamero confiesa que extraña el banquillo

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Después de su sorpresiva salida de Millonarios el pasado 31 de diciembre de 2024, el entrenador Alberto Gamero rompió el silencio y reveló que, aunque disfruta de un merecido descanso junto a su familia, ya comienza a extrañar la dirección técnica y la rutina del fútbol profesional.

Gamero, de 61 años, decidió alejarse del fútbol tras años ininterrumpidos de trabajo desde que asumió su primer equipo profesional, el Boyacá Chicó en 2006. Desde entonces, no había tenido una pausa prolongada, y su renuncia a Millonarios, donde fue figura clave en el proceso reciente, estuvo motivada por el desgaste físico y emocional acumulado. “Pasaron 19 años para que no comenzara una Liga sin Alberto Gamero”, recordó el estratega.

Durante estos cuatro meses, el samario ha aprovechado su tiempo para reconectar con su familia, disfrutar de Santa Marta, su tierra natal, y viajar por países como Argentina, España y México, donde además de descansar, se mantuvo vinculado al fútbol como observador y aprendiz.

Sin embargo, en una reciente entrevista con el diario AS, Gamero confesó que empieza a sentir ese “hormigueo” por volver a dirigir. “Va pasando el tiempo y sí, quiero estar. No estoy desesperado, pero uno empieza a extrañar levantarse a las 5:00 o 5:30 de la mañana, llegar a la casa a ver videos, planificar el entrenamiento del día siguiente, a planificar un partido”, comentó con nostalgia.

El entrenador no reveló si ha recibido propuestas, pero fue enfático en que aún no tiene prisa por volver. Eso sí, lo que más extraña es el día del partido, cuando puede ver reflejado el trabajo de la semana. “A veces es sábado y el equipo juega domingo y digo que estaría viendo videos… el día del partido es el que más se extraña”, dijo.

Gamero, reconocido por su estilo sereno, trabajo disciplinado y su cercanía con los jugadores, se ha ganado el respeto de la hinchada y del fútbol colombiano. Su pausa parece estar cerca de terminar, y todo indica que el fútbol lo volverá a tener pronto en las líneas técnicas. Mientras tanto, el “profe” disfruta, reflexiona y se prepara para lo que será su siguiente reto.


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