La comunidad residente en inmediaciones de la correccional de menores, ubicada en la calle 58 No. 1W-65 de Neiva, lanzó un fuerte llamado a la Empresa de Servicios Públicos Las Ceibas, dirigida por Andrés Charry, debido al rebosamiento de aguas negras que desde hace varios días invade el sector. El problema, originado en una alcantarilla colapsada, ha generado seria preocupación por las consecuencias en materia de salubridad.
Olor insoportable
“El olor es insoportable, sentimos que nos vamos a enfermar”, expresaron vecinos que conviven con aguas residuales frente a sus viviendas. Madres de familia y comerciantes denuncian que el líquido putrefacto corre por calles y andenes, obligándolos a permanecer con puertas y ventanas cerradas. La cercanía con la correccional incrementa la exposición de personas al foco de contaminación, con riesgos de enfermedades gastrointestinales y proliferación de vectores como roedores y mosquitos.
Los habitantes culpan a Las Ceibas por falta de mantenimiento y prevención. Señalan que la empresa solo envía cuadrillas que revisan sin ofrecer soluciones de fondo. “Pasan, miran, anotan en una hoja y se van, pero el agua sigue aquí afuera”, relató un residente indignado. La percepción de desidia y silencio administrativo profundiza la inconformidad ciudadana.
Acción inmediata
La comunidad exige destapar el alcantarillado, ejecutar obras de reparación y establecer un plan de mantenimiento. Además, piden a la Secretaría de Salud municipal evaluar los riesgos epidemiológicos. Este no es un hecho aislado: en varios barrios de Neiva se repiten colapsos similares, reflejo del abandono en servicios básicos.
La pelota está en el campo de Las Ceibas y de Andrés Charry, quienes deberán responder para recuperar la confianza perdida en un servicio que, por ahora, solo genera indignación.




