Agentes iraníes y miembros de Hezbolá han sido detectados en Colombia y Venezuela, utilizando la región como plataforma operativa para actividades que representan un riesgo de seguridad hemisférica. Según inteligencia, los agentes buscan entrenar grupos armados, como las disidencias de las FARC, en el uso de drones sofisticados capaces de portar explosivos, incrementando el potencial de ataques terroristas. Estas acciones forman parte de una estrategia iraní más amplia para desestabilizar la región y contrarrestar la influencia de Estados Unidos. Venezuela, bajo los regímenes de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, se ha consolidado como un eje estratégico para Irán en América Latina, proporcionando entrenamiento militar y táctico. Además, países como Brasil y México sirven como puntos de tránsito clave para agentes iraníes, quienes utilizan documentos falsos para moverse por la región y aprovechar redes de tráfico humano y narcotráfico. Expertos advierten sobre el riesgo de ataques simultáneos y el fomento de conflictos internos.



