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Tanto Nancy Faeser, actual ministra de Interior, como los dirigentes del partido AfD, respondieron a la resolución de los servicios de inteligencia de categorizar a AfD como un caso de «extremismo de derechas».
En Alemania, se conoce como Oficina para la Protección de la Constitución (BfV, por sus siglas en alemán) a los servicios de inteligencia del Ministerio del Interior. El ente ha categorizado al partido Alternativa para Alemania (AfD), el principal partido opositor, como «ejemplo seguro de extremismo de derechas».
El fallo de la BfV impacta ahora a todo el partido, que anteriormente ya tenía esa calificación de «caso seguro» de extremismo de derechas en diversos estados federados.
El papel de los tribunales
La viceministra del Interior de Alemania, Nancy Faeser, respondió a la resolución de la BfV afirmando que este ente «posee un mandato legal evidente para luchar contra el extremismo y salvaguardar nuestra democracia, y para ello se desempeña con autonomía».
Durante su discurso en Berlín, la ministra añadió que en la resolución de la BfV «no ha existido ninguna influencia política». Faeser afirmó que la clasificación previa de AfD como sospechoso caso de extremismo de derechas fue validada por los juzgados y destacó que, indudablemente, esta nueva categorización también será examinada en los juzgados. En este contexto, enfatizó que «en un Estado de derecho, los tribunales autónomos toman la decisión final».
Faeser, al cuestionar la posibilidad de presentar una petición para prohibir la AfD o, al menos, de suprimir su financiación y ventajas fiscales, recordó que «un proceso de prohibición de un partido presenta, por buenas razones, barreras constitucionales muy significativas» y añadió que, aunque «no se debe descartar», debería continuar siendo tratado «con gran cautela».



