Se acerca la época decembrina y los vendedores populares en la ciudad de Ibagué se rebuscan para vender todos sus productos, a raíz de ello la competencia entre ellos abunda y algunos no manejan la situación de manera pacífica, sino que se van a las malas palabras e incluso a los golpes como lo es en este caso de la señora María Eugenia Ramírez que fue víctima de golpes por un joven que le invadió su lugar que tiene para sus ventas.
Actividad
María Eugenia Ramírez, una vendedora con más de 14 años de experiencia en un puesto del popular sector de La Catorce, ha denunciado una serie de agresiones y problemas con otros comerciantes que han invadido su espacio y de los cuales fue víctima sin tener con que defenderse frente a un hombre. En medio de su relato, Ramírez expone que desde hace quince días un joven ocupó su puesto, llenándolo de parrillas que obstruyen su actividad comercial y sólo le quedaría a él todo el espacio del sector.
Tensiones
Por su parte, Eugenia cuenta que, a pesar de sus intentos por resolver dicho inconveniente de una manera pacífica, Ramírez asegura que fue objeto de groserías y maltrato por parte de este joven y otros vendedores. Ante dicha situación dijo, “Me llené de rabia y les boté las parrillas por detrás”, comenta con total indignación. Sin embargo, esta acción desencadenó más conflictos y tensiones en el lugar al transcurrir los días y para peor según ella, desde ahí los ha tenido que ver todos los días.
Denuncia
La vendedora, quien se identifica como una mujer de la tercera edad de 63 años, ha sido víctima de agresiones físicas. Relata que, en un incidente anterior, también relacionado con el puesto, sufrió un golpe en el brazo que la llevó a presentar una denuncia. «Fui con el bracito todo morado», dice Ramírez, quien siente que su situación ha sido ignorada por las autoridades. «Yo he hablado con ellos, incluso coloqué una denuncia en la fiscalía, pero no sé qué pasó», expresa con frustración. Su llamado a las autoridades es claro: «Que me pongan cuidado y me den alguna solución». Ramírez solicita que se revise la situación de las casetas y las parrillas que invaden el espacio de los vendedores establecidos, argumentando que esto les genera problemas constantes y les dificulta la labor diaria.




