ADIÓS DEFINITIVO DE LINDA CALDERÓN

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La gestora de La Mano del Gigante se retira tras seis años de lucha y sacrificio

La región del Huila enfrenta un golpe al turismo con la salida de Linda Calderón, la mujer que dio vida y proyección al icónico mirador La Mano del Gigante. A través de un emotivo mensaje en redes sociales, Calderón anunció su retiro definitivo del proyecto, dejando entrever su frustración e impotencia ante las circunstancias que la llevaron a tomar esta dolorosa decisión.

Incertidumbre

Por seis años, Calderón se convirtió en el alma del atractivo, trabajando incansablemente para consolidarlo como un referente turístico nacional. Sin embargo, su despedida no solo marca el fin de su gestión, sino que también abre interrogantes sobre el futuro del proyecto. En su mensaje, reveló injusticias y luchas internas, señalando que su renuncia fue la única opción para protegerse a sí misma y a quienes trabajan en el lugar.

Uno de los puntos más controversiales que surgen tras su salida es el papel de Raúl Montealegre, su expareja, quien por años fue considerado el principal impulsor del mirador. Sin embargo, la realidad que expone Calderón es diferente: ella, a través de su empresa Gigantour, fue quien logró posicionar el sitio y darle reconocimiento. Mientras ella invertía esfuerzo y pasión, Montealegre se habría dedicado a otros intereses, dejando tras de sí cuestionamientos sobre su administración. Se le atribuyen decisiones financieras dudosas, vínculos con políticos que habrían aprovechado el éxito del proyecto y rumores de infidelidades que terminaron por romper su relación con Calderón.

La comunidad local también ha expresado su preocupación, pues la gestión de Calderón no solo garantizaba el crecimiento del mirador, sino que también impactaba positivamente a los comerciantes y guías turísticos que dependían del flujo de visitantes. La incertidumbre sobre la administración futura genera temores respecto a la sostenibilidad del atractivo y la continuidad de los empleos vinculados a su operación.

Ante este panorama, la gran pregunta es: ¿qué sigue para La Mano del Gigante? Con la salida de Linda, la responsabilidad de mantener el atractivo en pie recae sobre los socios y administradores restantes. Sin embargo, el pesimismo reina en el ambiente. Calderón deja claro en su mensaje que duda de que el mirador quede en buenas manos, y la incertidumbre sobre su futuro es latente.

El turismo en el Huila podría resentir este cambio, pues la ausencia de Calderón significa no solo la pérdida de una líder organizacional, sino también de la esencia que caracterizaba al lugar. La comunidad y los visitantes que han disfrutado del mirador temen que, sin su visión y dirección, el atractivo entre en una espiral de decadencia.

Despedida

Además, los conflictos internos que ella menciona en su despedida podrían generar inestabilidad operativa, afectando la experiencia de los turistas y poniendo en riesgo la reputación del lugar. Si los administradores no logran controlar la situación, La Mano del Gigante podría perder su atractivo frente a otros destinos emergentes en la región.

El destino de La Mano del Gigante está ahora en juego. Será labor de quienes quedan al frente demostrar si pueden mantener vivo el legado de Linda Calderón o si, como muchos temen, este emblemático destino turístico está destinado a desaparecer. Por ahora, el futuro del mirador sigue siendo incierto, y solo el tiempo dirá si podrá sobrevivir sin la mujer que lo convirtió en un referente.


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