El pasado 5 de noviembre de 2024, un joven de 20 años, Juan David Rivero, oriundo de San Cerezo, Sucre, fue encontrado muerto en el barrio Villa Marcela de la comuna 9 de la Capital Huilense, en lo que la familia considera un caso de abuso policial. Rivero, quien se encontraba en la ciudad buscando mejores oportunidades de vida, murió tras un altercado con miembros de la Policía de Neiva.
Ahora, la familia, liderada por su padre, Julio Rivero, denuncia que el joven fue víctima de persecución y violencia por parte de la fuerza pública, lo que llevó a su fallecimiento. Con la ayuda del abogado Aníbal Garay, la familia busca esclarecer las circunstancias detrás de su muerte.
Acoso y amenazas previas
Los allegados de Juan David aseguran que desde hace tiempo el joven había sido acosado por la policía, quienes lo amenazaban con muerte y lo agredían verbalmente.
Según las declaraciones de su padre, los oficiales de la Policía de Neiva lo perseguían continuamente, y en ocasiones lo golpeaban sin justificación. Además, se mencionó que un grupo de policías, conocido por su actuación en la zona, fue particularmente hostil hacia él.
A tan solo unos días antes de su trágica muerte, Juan David había expresado su temor a su padre, diciéndole que, si lo encontraban esa noche, lo matarían. El joven también había sido agredido físicamente por miembros de la policía, quienes lo intimidaban y lo marcaban como un delincuente sin motivo aparente.
La noche de su muerte
El día en que Rivero falleció, fue encontrado en estado de inconsciencia, y aunque la comunidad intentó auxiliarlo, los testimonios de familiares indican que la policía no permitió que lo montaran en una ambulancia.
Aseguran que, en lugar de brindarle atención médica, los oficiales lo dejaron morir, ignorando su estado de salud. La versión oficial de la policía es que Juan David fue encontrado en un barrio conocido por su alta tasa de criminalidad y que, debido a su presencia en el lugar, lo consideraron un delincuente. Sin embargo, los familiares rechazan esta versión, señalando que Juan David era un joven con aspiraciones y buenos valores.
Pruebas de abuso y persecución
La familia ha recabado pruebas cruciales que respaldan sus acusaciones. Videos y audios obtenidos por los testigos muestran conversaciones entre los mismos oficiales en las que se autodenominan “delincuentes” y reconocen que la policía actuó de manera inapropiada en la situación de Juan David.
Los testimonios también indican que la comunidad de su barrio lo apoyaba y protegía, ya que no lo consideraban una amenaza, a diferencia de lo que aseguraba la policía. Además, los familiares sostienen que, en ocasiones anteriores, la policía había intentado detener al joven sin causa justificada.
Llamado a la justicia
El padre de Juan David, Julio Rivero, ha solicitado justicia y una pronta respuesta por parte de las autoridades. La familia teme por la seguridad de los testigos, quienes han sido amenazados por la policía, y en algunos casos, tuvieron que abandonar la ciudad debido a las intimidaciones.
A pesar de que la fiscalía y las autoridades judiciales están al tanto de la situación, los allegados de Juan David consideran que no se han tomado las medidas necesarias para aclarar el caso y hacer justicia. La familia también señaló que no realizaron una denuncia oficial en su momento debido a la desconfianza hacia las autoridades locales.




