Las recientes acusaciones contra el exciclista colombiano Lucho Herrera, señalándolo como autor intelectual del asesinato de cuatro campesinos en Fusagasugá en 2002, han conmocionado a la opinión pública. Dos exparamilitares aseguran que Herrera pagó para ejecutar el crimen, aunque él ha negado las acusaciones y se ha mostrado dispuesto a colaborar con las investigaciones.
Las familias de las víctimas han expresado su dolor y exigido una verdad completa, buscando justicia y el regreso de los restos de sus seres queridos para darles sepultura. Mientras tanto, algunos vecinos defienden al ciclista, mientras que otros piden que se esclarezca su posible implicación en el crimen.
Este caso ha reabierto el debate sobre la responsabilidad de figuras públicas en hechos de violencia ocurridos durante el conflicto armado en Colombia. La sociedad espera que las autoridades lleven a cabo una investigación exhaustiva para esclarecer los hechos y garantizar la justicia para las víctimas.




