Mientras la sociedad aún digiere el doloroso caso del asesinato de la pequeña Antonella Torres, otro drama humano sacude a la opinión pública: el reconocido actor colombiano Andrés Bejar reveló a través de sus redes sociales que enfrenta una lucha contra un cáncer de piel en su oído izquierdo, y que, pese a la urgencia médica, no ha logrado acceder a una cirugía vital por demoras y negligencia de su EPS.
El artista, conocido por su trayectoria en televisión y teatro, relató que la situación comenzó en enero, cuando notó una lesión en su oreja. Solo hasta el 21 de abril fue atendido por dermatología, y desde entonces ha vivido una verdadera odisea para acceder a la atención médica. Según explicó, la EPS retrasó su biopsia durante más de tres meses, por lo que tuvo que recurrir a servicios privados para finalmente confirmar un diagnóstico: carcinoma escamo-celular, un tipo de cáncer maligno con posibilidad de metástasis en ganglios y pulmones.
En un video publicado el 27 de julio, visiblemente angustiado, Bejar expresó:
“No puedo esperar más. Es un tema de vida o muerte. Me dijeron que era urgente, pero no hay citas, no hay respuesta, no hay especialistas disponibles. La cirugía debía hacerse hace semanas y sigo esperando.”
El oncólogo que lo atendió le advirtió que la intervención quirúrgica debía realizarse en menos de 20 días, pero han pasado cerca de 90 días desde el diagnóstico y la intervención no ha sido programada. Bejar denunció que, además del riesgo vital, su enfermedad podría comprometer su carrera como actor, ya que los médicos le plantearon una auriculectomía, es decir, la resección total o parcial de su oreja izquierda.
“Yo soy actor. Y lo último que me dijeron es que podrían quitarme parte o toda la oreja. ¿Qué más tengo que hacer para que me atiendan? ¿Dónde tengo que ir?”, cuestionó desesperado.
El caso ha generado una ola de solidaridad en redes sociales, donde actores, colegas del gremio y cientos de ciudadanos han expresado su apoyo y han exigido que el sistema de salud actúe con prontitud. La denuncia también reaviva el debate sobre las fallas estructurales del sistema de salud en Colombia, donde la burocracia sigue cobrando vidas o agravando enfermedades que podrían tratarse a tiempo.
Mientras Andrés Bejar sigue esperando una respuesta definitiva, su historia se convierte en un grito público por atención digna y oportuna en un país donde el acceso a la salud parece depender, muchas veces, de la presión social más que del deber institucional.




