La tranquilidad de la noche en una zona rural del municipio de Acevedo, al sur del Huila. Se vio abruptamente interrumpida cuando un acto de violencia cobró la vida de José Lizardo Ortiz Botina.
El crimen
En hechos que aún son materia de investigación, este hombre fue víctima de un disparo de escopeta propinado por desconocidos. Todo sucedió en inmediaciones a la vereda La Esperanza, jurisdicción del corregimiento de San Adolfo. Muy cerca del centro poblado, cuando al parecer, pretendían sustraerle su medio de transporte.
El lamentable suceso ha dejado consternada a la comunidad local que se encuentra desconcertada ante la falta de respuestas claras sobre los motivos reales detrás de este trágico acto de violencia. Las autoridades han tomado el caso con la seriedad que merece, iniciando una exhaustiva investigación para esclarecer los móviles y dar con los responsables de tan lamentable acto de violencia.
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El temor
La vereda La Esperanza, usualmente apacible y tranquila, se ha visto envuelta en un manto de incertidumbre y temor tras este suceso. Residentes de la zona expresan su preocupación por lo sucedido y claman por justicia. «Nunca pensamos que algo así podría ocurrir aquí», comenta un vecino consternado. «Esperamos que las autoridades logren dar con los responsables y que se haga justicia por José Lizardo y su familia».
Por su parte, las autoridades locales han mantenido un hermetismo respecto a los avances de la investigación. Aunque se han desplegado unidades especializadas para indagar sobre el caso, hasta el momento no se han dado a conocer detalles sobre posibles sospechosos o motivaciones detrás del crimen. El cuerpo sin vida de Ortiz fue conducido hacia la morgue municipal en donde le realizarán la respectiva necropsia que determinará las causas exactas de su deceso.
La tristeza
José Lizardo Ortiz Botina, conocido y apreciado en la comunidad, deja un vacío imborrable entre sus familiares, amigos y vecinos. Descrito como un hombre trabajador y dedicado a su familia, su partida repentina deja un doloroso interrogante sobre el sentido de la violencia que ha golpeado a esta pacífica región.
“Que tristeza, y que final tan trágico, no merecías morir así amigo. No se va quien se muere, se va quien se olvida”, añadió Natalia Aranda, allegada.
Mientras tanto, la vida en la zona rural de Acevedo continúa entre sombras de preocupación y miedo. La espera de respuestas y la búsqueda de justicia se convierten en los pilares sobre los que se sostiene una comunidad que se niega a dejarse vencer por el miedo y la incertidumbre.
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Pie de foto: José Lizardo Ortiz Botina, fallecido.




