La noche del martes volvió a teñirse de sangre en el municipio de Pitalito, donde un hombre identificado como Pedro Antonio Bejarano Ardila, de 35 años, fue víctima de un ataque armado frente a su residencia en el barrio Los Guaduales. El hecho ocurrió cerca de las 9:30 p. m., cuando, según testigos, dos sujetos en motocicleta lo interceptaron y le dispararon en repetidas ocasiones, dejándolo gravemente herido sobre la vía.
Vecinos del sector, alarmados por las detonaciones, salieron a auxiliarlo y dieron aviso a las autoridades. Bejarano fue trasladado de urgencia al hospital departamental San Antonio, donde los médicos confirmaron su deceso en la madrugada del miércoles debido a la gravedad de las heridas.
El crimen ha generado consternación entre la comunidad, que reclama mayor presencia policial en una zona que, según los habitantes, se ha convertido en escenario frecuente de hechos violentos y ajustes de cuentas.
De acuerdo con informaciones extraoficiales, la víctima contaba con al menos 18 anotaciones judiciales por delitos como tráfico de estupefacientes, porte ilegal de armas, hurto y daño en bien ajeno, además de haber estado recluido en centros carcelarios en distintas ocasiones. Este prontuario ha llevado a las autoridades a no descartar que el ataque esté relacionado con conflictos derivados de actividades ilícitas.
El comandante del Departamento de Policía Huila, coronel (nombre), indicó que un grupo especializado de investigadores asumió el caso. “Estamos recolectando material probatorio y revisando cámaras de seguridad cercanas al lugar de los hechos. Todo apunta a un ataque directo”, precisó.
Según las primeras versiones, los responsables huyeron por el sector conocido como La Batea, aprovechando la oscuridad y la falta de patrullaje en la zona. Pese a los operativos desplegados tras el hecho, aún no se reportan capturas.
Inseguridad en aumento
Este nuevo homicidio eleva las alarmas en Pitalito, municipio que ha registrado un incremento sostenido en los hechos violentos durante los últimos meses. Organizaciones sociales y líderes barriales han reiterado la necesidad de fortalecer los esquemas de seguridad y programas de prevención.
Las autoridades judiciales continúan con la investigación para determinar los móviles y responsables de este homicidio, mientras la comunidad laboyana exige respuestas ante la creciente ola de inseguridad que golpea al sur del Huila.




