Extrabajadoras y personal de salud del Hospital Universitario San Rafael de Tunja, que prestan servicios como auxiliares de enfermería denunciaron que han sido víctimas de acoso laboral, donde incluso han conocido casos de intentos de suicidio también por estrés y sobrecarga laboral.
Es de aclarar que las denunciantes reservan su nombre con el temor a que tengan represalias o sean despedidas por llevar a cabo esta acción y que los servicios de auxiliares de enfermería están tercerizados, por lo que el contratista directo de las trabajadoras es la empresa de servicios temporales Laboramos S.A.S.
Una de las enfermeras del área de urgencias manifestó: “Pongo esta denuncia por acoso, maltrato verbal y persecución por parte de la coordinadora de urgencias, las jefas de servicio y algunas auxiliares en Laboramos SAS. Todo empezó cuando le pedí un permiso para ir a una cita médica de mi hijo que estaba enfermo, me lo negó y su respuesta fue: ‘mire a ver qué hace’, desde ahí he recibido acoso y persecución laboral. También observo los maltratos que han recibido algunos compañeros y por cualquier cosa buscan hacerme un descargo y sacarme del trabajo, además ya han ocurrido varios intentos de suicidio, conozco 3 casos. Ya no aguanto más la presión, siento que me está causando un daño mental, había hecho la queja con Comité de Convivencia paro no pasó nada”.
En un segundo caso, una mujer que fue despedida afirmó que se le adjudicó de manera injusta la muerte de un hombre con cáncer terminal, y que además la coordinadora Gladys Montaña la habría acusado de tratar mal a los pacientes y de no saber manejar las bombas de infusión, lo que la trabajadora calificó como falso, cuando ella hacía las inducciones de estas bombas.
“En una noche de trabajo, llegó una jefe y nos dijo que: ‘Desde ahora en adelante todo va cambiar, todo se va a hacer como yo quiero porque ustedes no hacen sino dormir aquí echadas’. Yo le dije comenté ‘¿echadas dónde?, no le gustó y me transfirieron a trabajar con ella, empezó a acosarme y a tratarme mal a mandarme a colocar los medicamentos que a ella le correspondían y gritarme”, afirmó.
Agregó que, durante su tiempo de trabajo les doblaban los turnos dobles, “una noche había un paciente que tenía cáncer terminal y obstrucción intestinal, venía muy enfermo, la jefe de mala manera me dijo que fuera a ayudar a la familia porque estaba vomitado fecaloide, fui a colocarlo en la camilla y la compañera no permitió, entonces me fui para el sistema y luego me llamó que el paciente estaba mal y llegamos al área de reanima, le pedí la caja de dientes y cuando se la fui a entregar a su familia, ellos me dijeron que la compañera les había comentado que si algo le pasaba al hombre, que me echaran la culpa, pero la señora me dijo que yo era la única que lo había atendido bien y que ella entendía de qué fallecía su familiar, sin embargo, me echaron porque no llevamos al señor con bala de oxígeno, pero él no estaba sufriendo de esto”.




