Acolfutpro declaró la guerra

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Una nueva controversia sacude el fútbol colombiano tras el anuncio del Comité Disciplinario de la Dimayor de sancionar con $1.300.000 a varios jugadores del Atlético Bucaramanga. La multa se impuso a raíz de una protesta simbólica realizada antes del partido contra Fortaleza, en la que los futbolistas salieron al campo con la boca y el escudo del equipo cubiertos con esparadrapo.

Motivo de la protesta

Los jugadores del Bucaramanga utilizaron este gesto como una manifestación en contra de decisiones arbitrales y sanciones disciplinarias recientes, incluyendo las impuestas al técnico Rafael Dudamel y al argentino Fabián Sambueza, figura del equipo. Durante el partido, también se observaron pancartas en la tribuna occidental del estadio Alfonso López, donde los hinchas expresaron su rechazo hacia la Dimayor y el VAR.

Según el reporte del comisario de campo, la protesta no alteró los actos protocolarios, y el retraso de seis minutos en el inicio del juego se debió a un ajuste logístico solicitado por Win Sports debido a un partido previo. Sin embargo, el Comité Disciplinario justificó la sanción alegando que la acción violó el numeral 3 del artículo 73 del Código Disciplinario Único de la Federación Colombiana de Fútbol.

Reacción de Acolfutpro

La Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro) rechazó la sanción, calificándola como una violación al derecho fundamental de protesta, consagrado en el artículo 37 de la Constitución Política de Colombia. Acolfutpro emitió un comunicado subrayando que los reglamentos de la Dimayor vulneran derechos fundamentales y reiterando la necesidad de reformarlos.

«El derecho a manifestarse pública y pacíficamente es inalienable, y cualquier restricción debe estar claramente delimitada por la ley», expresó la asociación.

Contexto y críticas

La protesta del Bucaramanga se suma a un creciente descontento en el fútbol colombiano por decisiones arbitrales y disciplinarias que varios sectores consideran inconsistentes y excesivas. Este caso ha generado un amplio debate en redes sociales, donde aficionados y analistas cuestionan la respuesta del Comité Disciplinario frente a un acto simbólico que no afectó el desarrollo del encuentro.

La sanción contra los jugadores pone de manifiesto las tensiones entre los futbolistas, los directivos de la Dimayor y los órganos disciplinarios, reabriendo el debate sobre los límites entre el reglamento interno y los derechos constitucionales de los deportistas.


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