El Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano ha puesto fin a una disputa teológica prolongada al aclarar, mediante el documento doctrinal Mater Populi Fidelis, que la Virgen María no puede ser considerada “corredentora” ni puede compartir con Jesús la potestad de salvar a la humanidad del pecado.
El texto, presentado por el cardenal Víctor Manuel Fernández, deja claro que el uso del título de “corredentora” se considera “inoportuno” debido a que corre el riesgo de “oscurecer la única mediación salvífica de Cristo”.
Asimismo, se advierte que la Virgen María no debe concebirse como mediadora única ni como quien concede gracias por sí misma: “en sentido estricto, no podemos hablar de otra mediación en la gracia que no sea la del Hijo de Dios encarnado”.
Con esta decisión queda descartada la posibilidad inmediata de proclamar un nuevo dogma mariano que incorporara esos títulos, poniendo término a décadas de debate entre teólogos y mariólogos.




