Rusia y Ucrania retomaron sorpresivamente el diálogo directo en Estambul tras el bombardeo ucraniano a territorio siberiano, logrando acuerdos humanitarios limitados que incluyen el intercambio de prisioneros menores de 25 años, soldados heridos y 6.000 cadáveres por cada bando en lo que representa el primer avance diplomático significativo en meses.
Las conversaciones, facilitadas por mediadores turcos, se produjeron en un contexto de máxima tensión después de que Ucrania lanzara ataques contra objetivos en Siberia, escalando geográficamente un conflicto que hasta ahora se había concentrado en territorio ucraniano y regiones fronterizas rusas.
Aunque Moscú rechazó categóricamente la propuesta de alto el fuego incondicional presentada por Kiev, ambas delegaciones lograron consensos en temas humanitarios que podrían aliviar el sufrimiento de miles de familias que esperan noticias sobre soldados desaparecidos o muertos en combate.
El intercambio de prisioneros jóvenes y heridos marca un precedente importante en las negociaciones, donde consideraciones humanitarias lograron superar temporalmente las diferencias políticas y militares que mantienen el conflicto en un punto muerto aparentemente irresoluble.
Esta reanudación del diálogo directo en territorio turco genera expectativas cautelosas sobre la posibilidad de avances adicionales, aunque la negativa rusa al cese de hostilidades evidencia que las posiciones fundamentales de ambos bandos permanecen irreconciliablemente distantes.
