Las cataratas del Niágara, una maravilla natural que han visitado desde Marilyn Monroe hasta Mark Twain, han sido un imán que ha atraído a viajeros de todo el mundo durante al menos dos siglos. Pero hasta este año, un enorme túnel enterrado en las profundidades de la cascada había estado vedado a los visitantes.
Las rocas bajo la gigantesca cascada triple que se extiende a lo largo de la frontera entre Nueva York y la provincia canadiense de Ontario están repletas de cámaras excavadas para aprovechar las poderosas fuerzas de la naturaleza que se desploman sobre ellas.
Y ahora, un túnel de 670 metros construido hace más de un siglo en el lado canadiense fue abierto y revela la impresionante escala de estas maravillas de la ingeniería.
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