ABANDONO INSTITUCIONAL

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En el centro histórico de Popayán, aprendices y trabajadores del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) adelantan una jornada de protesta pacífica que incluye una olla comunitaria como símbolo de unión y resistencia. La movilización busca visibilizar múltiples inconformidades relacionadas con las condiciones educativas, laborales y administrativas que enfrenta esta comunidad en la capital caucana.

La protesta surge tras el reiterado incumplimiento de compromisos por parte de la Dirección General del SENA, encabezada por Jorge Londoño, quien, según los voceros sindicales, ha ignorado acuerdos previamente establecidos con el personal y los aprendices. “Hay una clara falta de voluntad institucional para atender nuestras necesidades básicas”, expresó Yeisy Narváez, presidenta del sindicato del SENA, quien además recalcó que muchos de los puntos pactados no han sido ejecutados.

Uno de los reclamos centrales es la necesidad urgente de una sede propia para el SENA en Popayán. Actualmente, las clases se imparten en sedes alquiladas que no cuentan con la infraestructura adecuada ni con los estándares mínimos para garantizar una formación técnica de calidad. Esta situación no solo limita el desarrollo académico, sino que además representa una carga financiera insostenible por concepto de arriendos.

Los manifestantes también exigen mejoras significativas en la dotación de equipos, materiales de práctica, conectividad, servicios básicos y bienestar estudiantil. A ello se suma la preocupación por la inestabilidad laboral de los instructores y personal administrativo, quienes deben afrontar incertidumbre constante por contratos temporales y condiciones precarias de vinculación.

El paro ha recibido respaldo de diferentes sectores sociales, educativos y comunitarios de la ciudad, quienes consideran que el SENA, en lugar de ser un ejemplo de formación pública, ha caído en una preocupante desatención institucional.

Mientras la Dirección General mantiene silencio frente a las peticiones, los aprendices y trabajadores insisten en que no cesarán su protesta hasta ser escuchados y obtener respuestas concretas. “No pedimos privilegios, exigimos condiciones dignas para estudiar y trabajar”, concluyó una aprendiz durante la jornada.


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