A Robinson lo secuestraron en Santander de Quilichao para quitarle la vida

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Robinson fue hallado muerto dos días después en una zona cercana de Santander de Quilichao, en el Cauca.


El pasado 8 de octubre un sombrío episodio sacudió la tranquilidad de la vereda Guaitala, ubicada junto al río de Santander de Quilichao, Cauca. Ahí, un grupo armado de la zona irrumpió en una cancha local para llevarse a el joven Robinson Alexis Chilo Jumbe, de 23 años.


Robinson, quien disfrutaba de una tarde deportiva en este pintoresco sector, fue secuestrado por los individuos armados y llevado contra su voluntad. Dos días después, el martes 10 de octubre, su cadáver fue encontrado en la vereda Dominguillo, con un mensaje escalofriante que denunciaba su asesinato como un acto relacionado con su presunta colaboración con el ELN (Ejército de Liberación Nacional).

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El mensaje hallado junto al cuerpo de Robinson, ha generado preguntas y preocupaciones en la comunidad, pues la violencia no ha parado en el sector.

Según el escrito, su asesinato se relaciona con su presunta colaboración con el ELN, un grupo guerrillero activo en Colombia. Esta afirmación ha sido recibida con escepticismo por quienes conocían a Robinson. Amigos y familiares insisten en que el joven no tenía conexiones con grupos armados y que esta acusación carece de fundamento.

Este trágico incidente ha conmocionado a la comunidad de Santander de Quilichao y sus alrededores, dejando una profunda tristeza y un manto de incertidumbre sobre la seguridad en la zona rural. Las autoridades competentes han iniciado una investigación exhaustiva para esclarecer los detalles del suceso y llevar a los responsables ante la justicia.


Sobre la víctima


Robinson, un joven lleno de sueños y aspiraciones, cuya vida fue brutalmente interrumpida, había nacido y crecido en la vereda Carrizal, una comunidad pequeña pero unida.


Desde temprana edad, mostró un interés apasionado por el deporte, y fue precisamente su amor por el fútbol lo que lo llevó a la cancha en Guaitala aquel fatídico domingo.

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Los vecinos de Carrizal lo recuerdan como un joven amable y solidario, dispuesto a ayudar a quienes lo rodeaban. Su muerte ha dejado un vacío en la comunidad y un sentimiento de injusticia que resuena en todo el municipio.
Este triste acontecimiento nos recuerda la urgente necesidad de trabajar en la construcción de la paz y la seguridad en las zonas rurales de Colombia.


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