En un fallo contundente, un juez penal de Yopal, Casanare, ha sentenciado al patrullero Raúl Blanco Rojas a 33 años y 4 meses de prisión por su papel en la muerte de un habitante de calle.
Las pruebas presentadas por un fiscal de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos dejaron en evidencia una escalofriante manipulación de la escena del crimen.
El incidente tuvo lugar en el parque La Iguana, donde Blanco Rojas estaba de servicio realizando labores de vigilancia.
Según los testimonios recabados en el juicio, se aproximó a un ‘cambuche’ donde tres personas, incluyendo a la víctima conocida como ‘El Mono’, dormían sobre un colchón. En un giro trágico, el uniformado accionó su arma de dotación contra ‘El Mono’.
Tras el disparo, Blanco Rojas colocó un revolver no apto para disparar sobre las piernas de la víctima y arrojó cartuchos en un intento desesperado de respaldar su versión.
Sin embargo, las evaluaciones realizadas por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses desmontaron esta farsa al demostrar la ausencia de rastros de pólvora en el cuerpo de la víctima.
Además, las pruebas balísticas desvelaron una inquietante discrepancia entre el calibre de los proyectiles encontrados en la escena y el del supuesto revolver de la víctima.



