La ola de violencia que azota al Distrito de Buenaventura volvió a estremecer a sus habitantes, tras el asesinato de un joven en situación de calle, ocurrido en el barrio Unión de Vivienda. La víctima fue identificada como Yair Solís Alegría, conocido cariñosamente como “Escapulario”.
Caso
Del hecho, no se tienen mayores detalles, solo se conoce que, Yair Solís, se encontraba en los alrededores del menciona sector, cuando en circunstancias que hasta el momento son desconocidas fue atacado con arma de fuego. Al escuchar las detonaciones, la comunidad se alertó y fue en ese momento en el que vieron al joven tendido en el suelo sin signos vitales. Las patrullas de la policía fueron alertadas e hicieron presencia para llevar a cabo la inspección técnica al cadáver y realizar el respectivo levantamiento. Hasta el momento, no se conoce sobre los responsables ni sobre el motivo que habría desencadenado este nuevo hecho de sangre.
Preguntas
No obstante, la comunidad manifiesta su inquietud ante la falta de pronunciamiento oficial por parte de las autoridades, lo que ha generado una creciente sensación de abandono y desprotección entre los residentes del sector. Yair Solís, pese a su condición de calle, era una figura reconocida y apreciada por muchos vecinos del barrio. Era visto con frecuencia en las esquinas, ayudando colaborando con pequeños mandados. “Era un joven servicial, no se metía con nadie. Siempre tenía una sonrisa y una palabra amable”, dijo una vecina que prefirió no revelar su identidad por temor a represalias. Los moradores de Unión de Vivienda aseguran que Yair no tenía enemigos conocidos, y que su muerte ha causado profundo dolor en quienes compartían con él a diario. “Escapulario era parte del barrio, todos lo conocíamos y de una u otra forma lo ayudábamos. Es muy triste saber que se fue así, de una manera tan cruel”, agregó otro habitante del sector.
Violencia
Este homicidio se suma a una preocupante racha de asesinatos que en los últimos días ha cobrado la vida de al menos cinco personas en distintas zonas del distrito portuario. Las cifras no oficiales y los testimonios recogidos dan cuenta de una creciente sensación de inseguridad, en medio de la aparente pasividad de las autoridades competentes. “Nos duele su muerte y nos duele más que no haya una sola autoridad que venga a explicarnos qué está pasando”, puntualizó un residente visiblemente afectado.




