Han pasado 40 años desde la avalancha que borró del mapa al municipio de Armero, pero el dolor de las familias que perdieron a sus hijos sigue intacto. Decenas de padres continúan buscando a los llamados niños perdidos de Armero, menores que habrían sido rescatados tras la tragedia y entregados en adopción, algunos incluso en el exterior. Nuevos testimonios, junto con los avances en pruebas genéticas, han reavivado la esperanza de hallar respuestas y de cerrar heridas que nunca cicatrizaron completamente.
Las autoridades y organizaciones humanitarias impulsan ahora un programa especial de identificación mediante ADN, con el objetivo de verificar los posibles casos de adopciones irregulares y reunir a las familias separadas. Aunque el paso del tiempo ha complicado la búsqueda, el compromiso de los sobrevivientes y los investigadores mantiene viva la posibilidad de justicia y verdad. La historia de Armero no solo es una tragedia natural, sino también un símbolo de resistencia y de amor inquebrantable frente a la pérdida.




