Un niño de seis años, fue asesinado en Antioquia durante un ritual de santería. Los autores del crimen fueron su madre y su padrastro, quienes pagaran 51 años de cárcel, estos llevaron al niño a una zona rural de Segovia para realizar el ritual. Según la Fiscalía General de la Nación, el niño fue sometido a brutales golpizas durante dos días por miembros de un grupo satánico llamado ‘Los Carneros’. Estos individuos agredieron físicamente al niño con la intención de sacrificarlo para localizar una supuesta guaca. Los ataques le causaron un trauma craneoencefálico severo, como confirmó el informe de Medicina Legal. “Según la conclusión pericial de Medicina Legal, la causa de la muerte fue un trauma contundente en el cráneo que provocó una fractura diastática”, explicó Daniel Parada Bermúdez, director de la seccional de Fiscalías en Antioquia.
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Maximiliano Tabares, niño ejecutado.
Responsables
Por estos hechos, un juez especializado de Antioquia condenó a 51 años y ocho meses de prisión al padrastro de Maximiliano Tabares, quien supuestamente lideraba la organización criminal Los Carneros, y a la madre del niño. Ambos fueron encontrados culpables de homicidio agravado, tortura agravada y desaparición forzada agravada. Además, otras personas también han sido condenadas por este crimen. Robinson Esmit Arboleda Ramírez, alias Orejas, y su pareja sentimental, Susana Ceballos Zapata, alias la Discípula o la Sumisa, también enfrentaron cargos. Robinson Arboleda, presente en el ritual de santería en el que el niño fue violentado, fue sentenciado a 40 años y 10 meses de prisión. Ceballos recibió una condena de cinco años y ocho meses de cárcel por el delito de favorecimiento. Los otros responsables y padres del menor paragaran 51 años de cárcel.
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Sandra Patricia Caro Pérez, mamá del menor, aprendida.
Poseído
Cabe destacar que Carmona afirmó a las autoridades que las acciones violentas contra el niño se basaron en voces que escuchaba, las cuales le decían que había algo mal en el menor que debía ser corregido. “El padrastro aseguraba que podía escuchar a los espíritus, quienes le decían que el niño supuestamente estaba poseído por demonios y espíritus malignos. La madre del niño y él trabajaban en la minería. Según él, para prosperar en ese trabajo, era necesario expulsar esos demonios”, relató uno de los investigadores del caso. Cuando fue detenido por las autoridades, Ramírez tuvo que ser controlado por varias personas, ya que supuestamente estaba pasando por un episodio de posesión.

Fabián Andrés Carmona Ramírez, asesino, capturado.
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