Son algunas de las premisas de muchas de las mujeres que han conseguido el éxito en el ámbito tecnológico de América Latina, donde el panorama no siempre es alentador.
Según la CEPAL, en la mayoría de los países de la región, el porcentaje de mujeres graduadas de carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM) no supera el 40%.
Un campo “crítico”, indica la organización, es el de las tecnologías de la información y las comunicaciones, que registró en 2019 solo un 18% de mujeres en las matrículas en la educación superior.
Además, “se estima que 4 de cada 10 mujeres en la región no están conectadas y/o no pueden costear una conectividad efectiva, entendida como acceso a internet, disponibilidad de dispositivos y habilidades básicas para su utilización”.
Argentina: Lucía Policastro y la nanobiotecnología para la salud
En 2012, un ingeniero que trabajaba en tecnología de microfluídos visitó a la bióloga Lucía Policastro en su laboratorio de Buenos Aires.
“Vino con sus chips y me contó lo que hacía. Cuando vi esos chips, dije: ‘Guau, ¿vos hacés esto? Con eso podemos hacer nanomedicinas. ¡Probemos!’”, recuerda la doctora.
“Partiendo absolutamente de cero, cada uno poniendo su conocimiento, construimos un chip, empezamos a hacer mezclas y salieron nanomedicinas homogéneas, parejitas”.




