La tragedia de la cárcel de Tuluá no solo dejó a 53 familias de luto sino también a centenares de reclusos trasladados.
El Inpec comenzó el traslado de 350 privados de libertad en los pabellones 8, 9 y 11 como estrategia de prevención.
“Teniendo en cuenta que este establecimiento ha tenido ya tres conatos de incendio y ante la posibilidad de daños graves o irreversibles a las vías, a los bienes y derechos de las personas, a las instituciones y a los ecosistemas como resultado de la materialización del riesgo de un desastre, las autoridades particulares aplicarán el principio de precaución”, indicó el general Tito Yesid Castellanos, director del Inpec.
El procurador de la República hizo un llamado a los organismos competentes para que cierren la parte antigua de la cárcel de Tuluá, la cual se encuentra en un estado deplorable y no es apta para que los reclusos convivan.
Asimismo, pidió atención médica para los reclusos, esto implica apoyo psicológico.
Los cuerpos de los fallecidos están siendo trasladados por Medicina Legal en Cali y Tuluá.




