El 11 de septiembre de 2001, cerca de las 8 de la mañana, 19 yihadistas de Al Qaeda secuestraron cuatro aviones de pasajeros para realizar unos atentados que cambiaron el rumbo de la historia. Los terroristas, originarios en su mayoría de Arabia Saudita, apuntaron contra los símbolos económicos, militares y políticos del país más poderoso del mundo. Dos aviones fueron estrellados contra el World Trade Center en Nueva York y un tercero contra el Pentágono, cerca de Washington DC.

Un cuarto avión apuntaba posiblemente contra el Capitolio, sede del Congreso, o la Casa Blanca, pero tras la heroica intervención de sus pasajeros se estrelló en una zona rural de Shanksville, en Pensilvania. Ese día, en menos de dos horas, las Torres Gemelas fueron reducidas a una montaña de polvo y acero incandescente, una porción del Pentágono también quedó severamente dañada.El atentado cobró la vida de casi 3,000 personas, entre ellas varios integrantes de los cuerpos de auxilio que acudieron a socorrer a los heridos. Acosta, inmigrante colombiano, recuerda con lágrimas en sus ojos a su compañero de cobertura Orestes Téllez quien falleció de cáncer.

“Lastimosamente, perdimos a un compañero operador, Orestes Tellez, él estaba con nosotros ese día, él absorbió más polvo que nosotros, respiraron ese aire contaminado, ese aire canceroso”, señaló. A pesar de esta traumática experiencia, Acosta se dice bendecido por su labor periodística y los sucesos que le ha tocado cubrir. “ Es una carrera difícil, bonita y muy peligrosa. Gracias a dios estoy con vida y no una sola vez, dios me tiene aquí por algo, sobreviví el Covid, el vuelo 587 estaba ahí cuando cayó y el 9/11 yo creo que dios me tiene aquí por algo”, concluyó.El atentado cobró la vida de casi 3,000 personas, entre ellas varios integrantes de los cuerpos de auxilio que acudieron a socorrer a los heridos.





