En Colombia, la modalidad de ataque con drones cargados de explosivos se ha convertido en una amenaza diaria. Según un informe reciente de la Fuerza Pública, se han registrado 367 atentados entre el 26 de abril de 2024 y el 1 de noviembre de 2025, lo que representa un promedio de un ataque cada día y medio.
Durante ese periodo, se reportaron 21 muertes y 261 heridos. Entre las víctimas se encuentran civiles, policías y militares. Los departamentos más afectados: Cauca, Nariño y Antioquia.
Las cifras reflejan un salto crítico en frecuencia: mientras en 2024 se contabilizaron 119 ataques (un promedio de 14,8 al mes), en lo que va de 2025 ese número ascendió a 248, con una media de 24,8 al mes.
El contragolpe de los grupos criminales ha puesto en evidencia un cambio en las tácticas de violencia. Drones comerciales modificados cargados con granadas o explosivos improvisados ahora se emplean en zonas rurales para hostigar puestos militares y policiales.
Frente a esta situación, el gobierno anunció medidas como recompensas de hasta 100 millones de pesos por información que permita capturar operadores de drones con fines criminales.
El alarmante aumento de estos ataques exige una respuesta urgente y mayor coordinación entre autoridades civiles y militares, así como estrategias de desarme tecnológico para contener esta nueva amenaza.
