A pocos días de la fecha anunciada para la firma oficial del Pacto Cauca, la incertidumbre persiste en torno a esta ambiciosa estrategia del Gobierno Nacional. Prometido desde hace más de dos años como un acuerdo transformador para el departamento caucano, el pacto sigue sin concretarse formalmente ni mostrar con claridad sus alcances, mecanismos de ejecución ni impacto real.
El politólogo y magíster en Gestión Pública Juan Camilo López, quien ha seguido de cerca el proceso, cuestiona la falta de transparencia y ejecución efectiva. Tras radicar un derecho de petición ante el Departamento Nacional de Planeación (DNP), López obtuvo respuestas que, según él, generan más inquietudes que certezas. Una de las revelaciones más significativas es que los recursos estimados para el Pacto cercanos a los 16 billones de pesos no corresponden a una nueva inversión, sino a una integración de fondos ya existentes dentro de programas como el PDET, el OCAD Paz, el SGR y otros instrumentos previamente establecidos.

Esta situación ha llevado a cuestionar si el Pacto Cauca es realmente una apuesta novedosa o simplemente una reconfiguración institucional con fines más simbólicos que prácticos. A esto se suma la repetición de ejercicios participativos: según el DNP, se han realizado más de 42 espacios de diálogo con más de 700 organizaciones sociales. Sin embargo, críticos advierten que ya existen suficientes diagnósticos y lo que realmente se requiere es ejecución.
La inclusión del municipio de Jamundí (Valle del Cauca) como parte del pacto, por instrucción presidencial, también ha generado retrasos en la firma definitiva del acuerdo, que ahora se proyecta para finales de junio. No obstante, a la fecha no se conoce el documento técnico final, ni se ha hecho público su contenido, lo que debilita la confianza ciudadana.
Para voces como la de López, invertir en el Cauca no puede seguir siendo un gesto político o simbólico. Se trata de una necesidad urgente en un territorio afectado por la violencia, donde la presencia del Estado y la inversión social son fundamentales para reducir el conflicto.




