Petrópolis epicentro de la tragedia en Brasil sigue contando los muertos que dejó el fuerte invierno que ocurrió el pasado marte en la tarde, cuando un río arrasó con buena parte de la ciudad, dejando al menos 130 muertos y más de 200 desaparecidos.
«Solo había barro, estaba todo sucio, destruido; por aquí delante pasaron coches flotando, gente muerta, el centro estaba lleno de cadáveres, era absurdo», cuenta a la Agencia Sputnik, Pedro Henrique Janix, trabajador en un aparcamiento en la céntrica calle del Emperador.
El negocio de Pedro estaba frente al río «Cuando ya estábamos con agua por la cintura subimos la calle para refugiarnos, pero los postes de luz fueron cayendo y había descargas eléctricas en el agua, no sabíamos adónde ir».
Para Pedro Henrique este viernes es día de hacer recuento de los daños; delante de su aparcamiento todavía hay un coche totalmente destrozado y varios restos de árboles enredados sobre un puente.
La alcaldía se está esforzando en limpiar la ciudad y ya fueron retirados más de 140 carros que impedían el paso en calles o que quedaron dentro del cauce de los ríos.
A pesar de que en la calle del Emperador y alrededores la situación es caótica, la peor parte se la llevaron los barrios y favelas situados en colinas en otras zonas de la ciudad; desde allí, la corriente del agua fue arrastrando casas, coches, mobiliario urbano y cuerpos hacia el centro de la localidad.
Según el último recuento oficial divulgado por Defensa Civil, hay 130 muertos y 218 desaparecidos, la mayoría en la región del Morro da Oficina, donde un gran deslizamiento de tierra sepultó más de 80 casas.
