En un esfuerzo por promover la resocialización y la integración comunitaria, 12 internos de los centros penitenciarios San Isidro y La Magdalena participaron en una jornada de limpieza y embellecimiento del parque Carantanta, ubicada en la ciudad. La actividad se realizó en conjunto con la empresa Urbaser y el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), como parte de un programa que busca brindar segundas oportunidades a los detenidos próximos a cumplir sus penas. Los internos trabajaron mano a mano con miembros de la comunidad para pintar, limpiar, sembrar plantas y recoger escombros, mejorando así las zonas verdes de este importante espacio público.
Esta jornada forma parte de un proceso de resocialización diseñado para integrar a los internos en actividades constructivas dentro de la comunidad. El programa está orientado a aquellos hombres y mujeres que se encuentran en etapa de resocialización, con el objetivo de fomentar la rehabilitación y el sentido de pertenencia a la sociedad. Los participantes no solo contribuyen al embellecimiento de los espacios públicos, sino que también tienen la oportunidad de desarrollar habilidades que favorezcan su integración social una vez hayan cumplido sus penas.
Never Espinosa, uno de los internos que participó en la actividad, expresó su satisfacción por la oportunidad brindada. “Me siento muy bendecido porque es una oportunidad que nos dan a nosotros de estar acá afuera, uno se siente más relajado en el parque. Creo que no todos tienen la oportunidad de tener este beneficio, nos hemos portado muy bien y pienso que este es un programa muy bueno, que además nos permite tener ese sentido de pertenencia por la ciudad”, comentó Espinosa, quien destacó los beneficios emocionales y psicológicos de participar en este tipo de iniciativas.
El programa de convivencia promovido por el INPEC continúa siendo un pilar fundamental para la rehabilitación y resocialización de los privados de libertad, al tiempo que contribuye al bienestar de la comunidad. La colaboración entre las autoridades penitenciarias, la empresa privada y los ciudadanos es un paso hacia la construcción de una sociedad más inclusiva, donde el trabajo conjunto fortalezca tanto la rehabilitación de los internos como la mejora de la calidad de vida de los habitantes.




