12 años sin Miguel Calero

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Miguel Calero: Un legado de alegría y grandeza en el fútbol colombiano

El fútbol colombiano recuerda hoy al inolvidable Miguel Calero, el arquero que destacó no solo por su talento bajo los tres palos, sino también por su alegría inquebrantable. El 4 de diciembre de 2012, el deporte nacional lamentó su partida, pero su legado permanece vivo.

Edison ‘Guigo’ Mafla, en entrevista con Blog Deportivo, evocó momentos emotivos que reflejan el impacto de Calero tanto en su vida personal como en el fútbol.

La alegría como sello distintivo
Cuando se le preguntó por Miguel, Mafla recordó de inmediato su “alegría” y “risas”. “Era un hombre que transformaba cada partido en una celebración, incluso en los momentos más tensos siempre sonreía”, dijo Mafla. Jugar al fútbol para Miguel era sinónimo de pasión y diversión, una actitud que inspiró a quienes lo rodeaban.

Una celebración inolvidable
La memoria de Calero está intrínsecamente ligada al título del Deportivo Cali en 1996, que puso fin a 22 años de sequía. “El estadio estaba lleno, la gente vibraba con nosotros. Aunque no pudimos dar la vuelta olímpica por la multitud, el camerino era una fiesta. Miguel siempre lideraba los cantos y risas”, recordó Mafla.

Un legado imborrable
Más allá de su personalidad vibrante, Miguel Calero dejó una huella indeleble en el fútbol. Disputó 495 partidos con el Pachuca, conquistó múltiples títulos y fue pieza clave en la victoria de Colombia en la Copa América. Su frase característica, recordada por Javier Hernández Bonnet, resume su esencia: «En la cancha siempre hay espacio para una sonrisa”.

Calero será siempre recordado no solo como un portero excepcional, sino como un símbolo de alegría y dedicación en el deporte.


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