Cristian Rodríguez
El municipio de Chiquinquirá perdió a una de sus hijas más representativas, la señora María Lilia Rodríguez Arenas falleció, por achaques normales de su edad. La partida de esta dama, va acompañada de innumerables encuentros y recuerdos por gran parte de la población Chiquinquireña.
Hecho
La partida de esta mujer llegó a sus 100 años, una cifra bastante llamativa, ya por cosas del destino fue llamada en el reino de los cielos, perdiéndose así la ilustración total de la experiencia, misma que impartió durante su largo trayecto por diferentes generaciones, ahora se espera que todos los consejos y recomendaciones que ella algún día brindo a las diferentes personalidades, sea ese legado intachable y que sirva como ejemplificación de valores y ética, en todas las circunstancias de la vida.
Vida
Se conoce que la finada Lilia Rodríguez, disfrutaba diferentes pasatiempos, uno de ellos era tejer, el arte textil la acompaño durante muchísimas décadas, siendo conocida en el municipio por su labor. En algunos casos confeccionaba la propia ropa y la vendía, como en otros, realizaba arreglos. “Le vendió ropa a mi mamá cuando éramos chiquitos, era buena señora, aún pasaba a veces la preguntaba y saludaba”, indicó, José Francisco, conocido de Lilia. “Cómo olvidar esta bella mujer que tejía ropa para bebés”, afirmo, Wendy Cortázar, exaltando la labor de la señora Rodríguez.
Devoción
La dignísima Lilia, se conocía por ser devota a la Santísima Virgen de Chiquinquirá, con normalidad se veía todos los domingos, asistiendo a la misa en la Basílica, con un gran cariño y fe. También, es conocido, que ningún día faltaba con el santo rosario. Para los católicos, es un gran ejemplo de fe, seguramente en el occidente del departamento permanecerá esa sonrisa auténtica. Esta mujer, disfrutó su vida al máximo, inclusive al punto de impregnar su energía en todo aquel, que tan siquiera la saludaba, aprovechando cada segundo de su paso por este mundo.
Exequias
Las exequias se llevaron a cabo el día de ayer, en la Parroquia la Renovación, con gran afluencia de personal, en especial, Jesús Hernando García, María Ernestina y Sandra Cristina, se vieron bastante afectados, pero con la firme convicción de que su paso por este mundo fue óptimo.




