Javier Aguirre vuelve a Sevilla poco más de dos semanas después de rozar la Copa del Rey en La Cartuja, donde su Mallorca perdió en los penaltis. Del estadio al Sánchez-Pizjuán, donde el técnico mexicano, con sus 16 apellidos vascos, busca sumar para distanciar al Cádiz, equipo que marca la zona de salvación y al que los bermellones se enfrentarán el próximo domingo en un duelo crucial en el Nuevo Mirandilla.
En cuanto a los banquillos sin futuro, haber llegado a la final de la Copa no garantiza la continuidad de Aguirre en la Isla. Respecto a su contrato, que finaliza el 30 de junio, aún no se han entablado conversaciones para renovarlo, como declaró la semana pasada Alfonso Díaz, director de negocios del Mallorca. Quique Flores también se encuentra en una situación similar, aunque llenó de elogios al mexicano en la previa. Solo podrá renovar automáticamente como técnico del Sevilla si su equipo se sitúa entre los 10 primeros de LaLiga. Una victoria esta noche aseguraría prácticamente la permanencia para el madrileño y su equipo, además de acercarlos al ecuador de la tabla, donde el Getafe marca la frontera con 40 puntos.
En cuanto a consideraciones sobre la gestión de la plantilla o el estilo de juego, el mérito de Flores parece incuestionable. Siendo el tercer entrenador de la temporada para el Sevilla, tomó las riendas de un club al borde del abismo y ha conseguido puntos que, en un campeonato parcial desde su llegada, le habrían permitido pelear por puestos europeos.
El Sevilla no podrá contar con Pedrosa ni Sow, posiblemente durante el resto de la temporada, y tampoco tendrá a Kike Salas, quien está suspendido. Gudelj ocupará el centro de la defensa y Ocampos parece estar listo para regresar al carril izquierdo, ya que Marcos Acuña acaba de recuperarse de una lesión. Por su parte, el Mallorca llega con su plantel completo y Aguirre tendrá que elegir a uno entre los 24 jugadores que viajaron.




