Una ola de calor histórica golpeó España, Italia, Grecia y Portugal, con temperaturas superando los 40 °C. Las autoridades implementaron límites al trabajo al aire libre, cerraron escuelas y activaron alertas por incendios y salud pública
El calor extremo saturó infraestructuras y generó preocupación sobre la frecuencia de estos episodios ante el cambio climático. Se intensificaron los planes de contingencia y seguridad para proteger a la población vulnerable
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