Audiencias se están habituando a acceder a contenidos televisivos en formato vídeo y en internet

Los negocios de contenidos audiovisuales, han innovado dentro de la industria tradicional en torno a la distribución de contenidos a través del internet.
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Durante los últimos años las plataformas audiovisuales elevaron su alcance, tendencia de carácter global que se vio incentivada por la pandemia pero, en definitiva, no perderá fuerza tras superar la crisis mundial.

De hecho, es un mercado que se diversifica alrededor del mundo con múltiples plataformas de streaming; en Latinoamérica, a pesar de representar solo el 10% de los consumidores, se evidencia crecimiento en su implementación, tanto lícita como ilícita.

En el último informe sobre plataformas audiovisuales, publicado por OBS Bussines School, y realizado por su colaborador Jorge Tuñón, PhD  experto científico externo de la Comisión y del Parlamento Europeo, se destaca como estos negocios de contenidos audiovisuales, han innovado dentro de la industria tradicional en torno a la distribución de contenidos a través del internet.

Según Tuñón, “nos acostumbramos con una pasmosa facilidad, no solo a hacer la compra por internet (algo que ya hacíamos, aunque menos, antes de la pandemia), sino a trabajar virtualmente o a socializar con nuestros amigos a través de videoconferencia, y también, sin duda, a disfrutar de una mayor cantidad de ocio en formato exclusivamente digital”.

Las plataformas que han reconfigurado el mercado audiovisual durante la última década son HBO, Amazon Prime Video, Hulu, Apple, Disney y Netflix.  Según el experto, este modelo de negocio representa “cómo las audiencias se están habituando a acceder a los contenidos televisivos, preferentemente en formato vídeo y a través de internet. Por mucho que el ecosistema digital garantice diferentes canales de distribución para cualquier tipo de contenido, precisamente el sector audiovisual se está convirtiendo en el propulsor de toda una nueva serie de contenidos, producidos ya pensando en su distribución en línea”.

Esto ha suscitado en el mundo audiovisual diversos debates, tanto sobre la calidad de las piezas audiovisuales, como por la aceptación casi adictiva de estas plataformas. En Colombia, según Kantar Ibope Media (Instituto Brasileño de Opinión Pública), la plataforma más utilizada es Netflix con un 60% de consumo, seguida de Amazon Prime que posee un 20% y Disney + con un 17%.

Como menciona Tuñón en el informe, una de las principales características de estas plataformas es ser complementarias, es decir que una persona puede ser usuario de más de una plataforma, haciendo de este un mercado dinámico. Precisamente, las plataformas de Streaming suponen en la actualidad un 25% del crecimiento del mercado televisivo, así como la captación de 100 millones de usuarios a nivel mundial, según cifras de Puro Marketing.

Si bien, las plataformas audiovisuales ya eran implementadas antes de la pandemia, fue esta una de las razones por las cuales su mercado evolucionó más allá de lo pronosticado, y este puede ser solo el inicio de la historia.

Ante esto, Tuñón añade que “la pandemia ha ubicado a las plataformas de streaming como centros de ocio y relaciones sociales, situación que pronosticamos se mantendrá en 2022, y que podría, si bien de manera menos acentuada, haber llegado para quedarse, marcando tendencias a largo plazo en el horizonte posvacunación de convivencia con el virus, a partir de 2023”.

En Latinoamérica

Latinoamérica en la actualidad representa tan solo una décima parte de los usuarios globales de internet, pero posee proyecciones positivas, ya que cuenta con 120 millones de ciudadanos con acceso fijo y permanente a la red; por este crecimiento es foco de atención, pero junto a este se suma una preocupación y es el consumo ilícito de estos contenidos.

Las prácticas que se relacionan al consumo ilícito por internet, suponen un hándicap económico para América Latina, sea en relación con todos los contenidos consumidos fraudulentamente, como por el consumo de entretenimiento audiovisual en modelo de video bajo demanda, a través de plataformas audiovisuales o servicios OTT.

Según el estudio de Ether City, se presentan dos escenarios:

●        El primero supone que solo el 2% de los visionados ilegales podrían revertir el pago de 27 suscripciones lícitas, generando la piratería digital pérdidas potenciales de 733 millones de dólares anuales.

●        El segundo escenario, contempla que 15 % de los visionados ilícitos podrían revertir en suscripciones de pago lícitas a plataformas, implicando una pérdida potencial de hasta 5.280 millones de dólares anuales, derivadas de la piratería digital.

Las redes sociales también son consideradas como un canal de piratería bastante fuerte, las palabras “torrent”, “ver películas gratis” o “IPTV”, son comunes en sus buscadores; además, no solo se comparten contenidos de forma ilícita, sino que se enseña a acceder a sitios que ofrecen los contenidos audiovisuales de forma ilegal.

Jorge Tuñón añade que “si nos ceñimos específicamente a la modalidad de acceso (ilícita) a contenidos audiovisuales, en América Latina se han revelado tres fuentes destacadas y esenciales de accesos: los motores de búsqueda (35 %), las redes sociales (33 %) y los marketplaces (26 %). Efectivamente, el 35 % de las páginas web analizadas a partir de la búsqueda de términos relacionados con contenido audiovisual en línea, conducían a servicios o contenidos ilegales. Lo mismo ocurría con el 33 % de los resultados en Redes Sociales y con el 26 % en los marketplaces”.

A pesar de las tendencias globales, se demuestra que, pese a la trascendencia de la misma en materia de ganancias ilegales, lucro cesante, impuestos no pagados, puestos de trabajo no creados, entre otros; hay una tendencia al descenso paulatino de los consumos ilícitos, y un notable crecimiento de los consumos lícitos, derivados de la generalización de las suscripciones a las plataformas digitales a nivel global, mientras en Latinoamérica este crecimiento es un poco más lento.


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